Cómo calcular el flujo de caja en 5 minutos

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El flujo de caja, también llamado flujo de efectivo o “cash flow” es un concepto fundamental en el mundo empresarial. ¿Te gustaría descubrir cómo calcularlo de forma fácil? ¡Te lo contamos todo!

A veces te puedes hacer un lío con tantos conceptos financieros, por lo que en este artículo vamos a definirlos un poco.

 El flujo de caja es una herramienta que nos permite medir la salud económica de un negocio. ¿Obtenemos flujo positivo? ¡Enhorabuena! Cuentas con liquidez.

Ahondaremos en su definición y en los tipos de flujo de caja que existen para que entiendas el concepto a la perfección. Saber calcularlo te hará tomar las decisiones adecuadas para el futuro de tu empresa. ¡Presta atención!

¿Qué es el flujo de caja?

El flujo de caja es un término financiero que hace referencia a las entradas y salidas de dinero que se dan en una empresa en un período determinado.

El flujo de caja nos permitirá obtener la acumulación neta de activos líquidos durante un periodo de tiempo específico. Se trata de una herramienta muy importante a la hora de realizar el análisis financiero de una empresa.

Elaborar un flujo de caja es clave, ya que si su resultado es negativo, significa que la empresa no puede hacer frente a sus deudas. Esa situación nos obligaría a reducir gastos.

¿Cómo? Por ejemplo, al pedir un refinanciamiento o al reducir el inventario. De esta manera, un flujo de caja proyectado a tiempo puede llegar a salvarnos de la quiebra. ¡Una buena gestión de tesorería es sinónimo de éxito!

Aparte de ser indispensable para su supervivencia, la liquidez de la empresa también atraerá a inversores. Seguro que ya vas dándote cuenta de su valor, ¿verdad?

¿Es lo mismo hablar de flujo de caja libre que de flujo de caja neto?

La respuesta a esta pregunta es no. La definición anterior está haciendo referencia a un flujo de caja neto.

Este, como decíamos, nos informa sobre el efectivo que entra y sale de la empresa.

Y se calcula sumando las amortizaciones efectuadas en el espacio de tiempo en que se ha adquirido el beneficio neto.

Gracias a este indicador, la empresa conoce su volumen de liquidez durante un periodo de tiempo determinado.

Por su parte, el flujo de caja libre hace referencia al flujo obtenido a través de las actividades de explotación de una empresa.

Para calcularlo basta con descontar aquellos importes relativos a las inversiones llevadas a cabo para conseguirlo. Se podría definir como el dinero que queda tras pagar los gastos de la empresa.

Gracias al flujo de caja libre podemos saber el margen operativo bruto que necesitamos para que la empresa siga operando.

De igual forma, es útil para determinar cuál es la capacidad de la misma a la hora de generar beneficios.

¿Cómo calcular el flujo de caja?

Expliquemos ahora cómo calcular el flujo de caja. Verás que se trata de un cálculo muy simple.

De hecho, aquí lo complicado no es hacer los cálculos, lo complejo y más importante es saber interpretar los resultados con el fin de tomar las decisiones correctas para la continuidad de la empresa.

No obstante, expliquemos paso a paso, cómo calcular el flujo de caja:

  • Paso 1: El primer paso es contar con información sobre los ingresos y egresos de la empresa. Esta información está disponible en los libros contables.
  • Paso 2: Lo siguiente sería volcar la información en una tabla para facilitar la organización. Cada columna corresponderá a un mes y en las filas situaremos los ingresos y gastos.
  • Paso 3: A continuación, calculamos el total de ingresos y el total de gastos de cada mes. La diferencia entre el primero y el segundo será el saldo neto de dicho mes.

Conviene recordar que debemos tener en cuenta las distintas salidas de dinero que se dan en nuestro negocio. Por ejemplo, las correspondientes al pago de sueldos o al pago de proveedores.

Finalmente, nos quedaría en una última fila (bajo la de saldo neto) el saldo neto acumulado. 

Flujo de caja: Fórmula

¿Qué tal si trasladamos la explicación anterior a una fórmula? Sería la siguiente:

FLUJO DE CAJA = BENEFICIO NETO + AMORTIZACIÓN + PROVISIONES + CUENTAS POR PAGAR – CUENTAS POR COBRAR

Cuando la apliques, debes tener en cuenta que el resultado te dará una perspectiva clara sobre el futuro de la empresa.

Te aportará información sobre la solvencia de la misma y te servirá para tomar decisiones clave para su crecimiento.

Si crees que tu empresa necesita unas manos expertas para poder llevar a cabo tanto el cálculo como la interpretación de resultados y toma de decisiones, contáctanos.

Disponemos de los conocimientos y experiencia necesaria para ocupar el rol de CFO de tu compañía.

Por cierto, ¿sabías que, además de la fórmula anterior, existen dos métodos de cálculo para este concepto? Son el cálculo directo y el indirecto. ¡Te los mostramos!

  • Directo. Es una de las técnicas más empleadas. Este cálculo busca deducir cuál ha sido el flujo de dinero tras unas operaciones determinadas. En esta fórmula se emplean todas las transacciones, bien sean gastos, ingresos, impuestos o intereses. La fórmula es la siguiente: Recibos – pagos – gastos – intereses – impuestos = Flujo de caja.
  • Indirecto. En este caso, se emplean los resultados de los libros de contabilidad y, a continuación, se depuran los datos pertinentes. Es decir, para el cálculo se consideran los beneficios netos y los cambios en el balance general. La fórmula es la siguiente: Ingreso neto + pérdidas y ganancias por inversiones y financiación + cargos no monetarios + cambios en las cuentas de operación = Flujo de caja.

Flujo de caja: ejemplo

Una vez expuesta la teoría, pasemos a la práctica. Saber cómo calcular un flujo de caja no es suficiente si no lo vemos aplicado, así que vamos a realizar un pequeño ejemplo.

Tal y como hemos visto, hemos de realizar un balance entre los cobros y los gastos para, a posteriori, hacer un balance entre ambos.

Te proponemos este ejemplo:

  • Ingresos. Pongamos que durante el mes de enero hemos facturado 10.000€ por ventas, 3.000€ por amortizaciones y 1.000€ por provisiones. Nuestros cobros del mes serán de 14.000€.
  • Gastos. Si, durante el mismo mes, contraemos por ejemplo 300€ de gastos de luz, 2.000€ de sueldos y 300€ de intereses bancarios, tendremos unas deudas de 2.600€.
  • Flujo de caja. Ya hemos sumado los 14.000€ y los 2.600€. Para obtener este flujo de caja concreto, habremos de restar ambas cantidades. En consecuencia, nuestro flujo de caja será de 11.400€.

Este escenario resulta de lo más favorable. Sin embargo, cabe recordar que cuando los ingresos son menores a los gastos, la fórmula nos dará un resultado negativo.

En este caso, es fundamental cambiar nuestra política de gestión y recuperar la perspectiva de la solvencia.

Tipos de flujos de caja que es importante conocer

Respecto a los tipos de flujos de caja, debes conocer los siguientes:

Flujo de caja operativo (FCO)

Se refiere al dinero ingresado o gastado por operaciones que están directamente relacionadas con la actividad de la empresa.

Por ejemplo, los pagos de impuestos relacionados con el ejercicio de la actividad son gastos de caja operativos

Flujo de caja de inversión (FCI)

Los flujos de caja de inversión son dinero ingresado o gastado en relación a la inversión en productos de los que la empresa espera obtener un beneficio futuro como por ejemplo, los productos financieros.

Flujo de caja financiero (FCF)

Dinero ingresado o gastado de las inversiones financieras de la empresa relacionadas con su actividad. Como ejemplos, serían: el pago de créditos o el efectivo recibido de la emisión de acciones.

Beneficios del cálculo y gestión del flujo de caja

Ya hemos visto qué es el flujo de caja, también cuál es su fórmula y qué tipos existen. Ahora solo queda una cuestión: ¿Qué beneficios trae calcular el flujo de caja?

A grandes rasgos, todas las ventajas se podrían resumir en un incremento del control financiero. Sin embargo, para concretar, te dejamos con algunos de los efectos directos de llevar a cabo estos cálculos:

  • Respetar el pago a tus empleados. La productividad de tu empresa y, con ella, tu solvencia financiera depende en gran medida del rendimiento de la plantilla. Con una buena gestión de la tesorería, podrás pagarles a tiempo cada mes. Lo cual repercute en su satisfacción con su puesto.
  • Realizar las inversiones adecuadas. Saber qué necesitas, tanto en materia de servicios como de stock, es una forma de evitar gastos innecesarios. Es decir, tu empresa tendrá todo lo necesario para operar con normalidad: ni más ni menos.
  • Optimizar los beneficios. Saber cuánto ingresas y cuánto gastas te otorgará una gran claridad empresarial. Es decir, podrás hacer planes viables para tus pagos y forjar estrategias con las que aumentar los beneficios a largo y a corto plazo.
  • Aumentar la reserva de capital. El incremento de los beneficios deriva en un aumento del poder adquisitivo. Reservar parte de este capital para potenciales incidentes a futuro, o para invertir en acciones, es una estrategia de lo más acertada, generando así una situación de estabilidad.
  • Expandir tu empresa. En caso de que el flujo de caja sea positivo, podrás destinar parte de tus beneficios a la expansión corporativa. Es decir, llevar tu negocio hacia nuevos horizontes en los que desarrollar con excelencia tu empresa.
  • Solicitar un crédito bancario. Al respetar los pagos pendientes, tu historial crediticio siempre será favorable. Un factor que las entidades bancarias tienen en cuenta a la hora de otorgar los préstamos de financiación, recibiendo un empujón para redireccionar el negocio hacia un futuro de éxito.

Mantén controlado tu flujo de caja

Fijándonos en el saldo neto acumulado podremos saber nuestra situación actual en cuanto a liquidez, permitiendo determinar qué acciones tomar. El hecho de mantener controlado el flujo de caja puede ser determinante para apostar por crecer, intentar remediar a tiempo un problema económico o quizás, simplemente mantenernos en la misma línea.

Como hemos mencionado anteriormente, existen dos posibles situaciones al calcular nuestro “cash flow”:

👉🏼 Flujo positivo. Es el escenario perfecto. Podremos, por ejemplo, reinvertir en el negocio para crecer aún más al no tener problemas para responder a nuestras deudas.

👉🏼 Flujo negativo. Si sale negativo, significa que tenemos un problema: está saliendo más dinero del que entra. Lo ideal sería buscar la forma de que las ganancias se incrementen, pero la realidad es que para una empresa en esa situación suele ser muy difícil.

Por ello, lo recomendable es poner en marcha un plan de ahorro tomando medidas como ofrecer descuentos a los clientes por pronto pago al cobrar al contado o volver a negociar condiciones con proveedores.

Recomendaciones para mantener un flujo de caja positivo

Viendo todo esto, resulta evidente que mantener el flujo de caja en positivo es un aspecto de vital importancia para tu viabilidad como empresa.

Por eso, queremos dejarte algunos consejos con los que alcanzar esta meta:

  • Identifica patrones. Los ciclos de beneficios y de costes pueden variar de un mes a otro. Para optimizar tu control, haz un estudio de estos patrones; sólo así sabrás prever cuándo vas a ganar más y cuando vas a tener más deudas.
  • Acelera los cobros y renegocia los pagos. Garantizar que tus clientes te pagan a tiempo es fundamental. No eres un banco y no puedes asumir deudas. A su vez, habla con tus proveedores y busca la manera de mejorar sus servicios; bien sea por su coste o por su forma de hacerte llegar la mercancía.
  • Unifica tus cuentas bancarias. No tengas muchas cuentas bancarias como empresa. Esto solo te liará y te impedirá tener claridad. Por eso, te recomendamos que unifiques todas las cuentas en una sola.
  • Reestructura tus precios. El mercado cambia a un ritmo vertiginoso. Los gastos, como los de la luz, se han disparado recientemente. Así que lo mejor es hacer un balance y reformular tus precios: los clientes saben que es una práctica habitual dadas las circunstancias.
  • Ten en cuenta los imprevistos. Si te es posible, no vivas al día. Que tu flujo de caja te dé margen para un salvoconducto es vital. Esto te mantendrá tranquilo de cara a potenciales imprevistos.

Ahora ya conoces qué es el flujo de caja, cómo calcularlo y su importancia para tomar decisiones estratégicas.

Para terminar, te recomendamos informarte de los distintos tipos de costes. Te puede resultar de mucha ayuda a la hora de hacer un análisis financiero más profundo de tu empresa. Si tienes dudas o necesitas ayuda con tu startup ponte en contacto con nosotros.

Estamos siempre disponibles para cualquier necesidad y, como CFO, asumimos las riendas de tu departamento financiero. No queremos que tu solvencia siga siendo un tema conflictivo, así que nos ponemos a tu servicio para garantizar que el flujo de caja sea siempre positivo.

¡Tu bienestar económico es nuestra prioridad!

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