Guía y plantilla para hacer el cierre contable de tu negocio
¿Se acerca la hora de realizar el cierre contable de tu negocio? Muchas veces esto supone un dolor de cabeza por el hecho de no seguir una planificación ni organización previa. El cierre del ejercicio contable refleja la situación real de tu negocio durante un período de tiempo, dándote una ligera idea de si has tenido más beneficios que pérdidas. Asesórate de la mano de un buen profesional para dejar solucionado este tipo de cuestiones si no quieres rendir cuentas con la Agencia Tributaria, ¡sigue leyendo y despejamos todas tus dudas! ¿Qué es el cierre contable? De manera anual, cada empresa debe cerrar las cuentas de resultados con relación a su actividad económica. Es posible que, durante el proceso, se produzcan errores u olvidos en las cuentas; debemos atarlo todo al detalle. Hoy en día, con los avances tecnológicos y la tendencia a la digitalización, los trámites para realizar el cierre contable se han ido modernizando, pero siempre es necesario la presencia de personal que revise y analice los datos. Se trata de un proceso por el cual se liquidan todas las cuentas de resultados de una empresa (ingresos, gastos, costes de venta…) y se trasladan a las cuentas de balance (activo, pasivo y patrimonio). Hacer un cierre contable paso a paso Debido a que es una tarea complicada y que requiere tiempo y esfuerzo, los expertos aconsejan llevar a cabo una checklist de comprobación para no llegar a cometer errores innecesarios. A continuación, te explicamos paso por paso cómo hacer el cierre del ejercicio contable. Es el momento de recopilar toda la información contable del año y sacar conclusiones: Revisión de operaciones corrientes En este primer paso, nos aseguraremos de hacer balance de comprobación de sumas y saldos para verificar la contabilidad de la empresa. Tomaremos como apoyo el libro diario del negocio. ¿Quieres tener un mayor control de las salidas y entradas netas de dinero de tu empresa? Conoce el flujo de caja como medida de confianza. Inventario de existencias El paso siguiente es hacer una valoración de todas las existencias actuales de tu negocio en el año contable. Después, debemos extrapolar estas existencias al número total de compras realizadas y al número de gastos. Amortización del inmovilizado Debemos chequear el valor del inmovilizado material para considerar su estado, su precio y su valor. Así tendremos una idea de la vida útil del inmovilizado a amortizar y del período de tiempo que ha permanecido en nuestra actividad. Reclasificación de la deuda Contabilizaremos el pago de la cuota de préstamo para hacer la correspondiente reclasificación. La suma total de las cuotas que tengamos que pagar en el año que empieza, la trasladaremos a la cuenta correspondiente. Provisiones de riesgos y gastos Este tipo de provisiones están destinadas a cubrir los gastos, pérdidas o deudas que tu empresa puede tener al cerrar el ejercicio contable. Así, seremos cautos ante cualquier tipo de imprevisto que nos pueda surgir. Deterioro del valor de los activos Determinados elementos patrimoniales han podido reducir o incluso perder el valor respecto al inicio. Deberán ser considerados “reversibles” como por ejemplo pueden ser acciones que han bajado en bolsa. Si además, estás interesado en conocer la salud financiera de tu negocio más a fondo, aprovecha algunas de las nociones que ponemos a tu disposición. Resultado del ejercicio: cuenta de pérdidas y ganancias En este siguiente paso, se realizará la diferencia entre los ingresos (ventas e ingresos) y gastos (compras y gastos) de la empresa dando el resultado final del ejercicio. Por otro lado, también puede valorarse la regularización de las cuentas de patrimonio neto que es el resultado de la diferencia entre ingresos y gastos imputados al patrimonio neto. Asiento del cierre Por último, haremos el cierre definitivo del libro contable del negocio donde quedan reflejados los movimientos del período de ejecución de la empresa. Ya no se registrarán más operaciones, es el fin del ejercicio y el inicio de otro ejercicio contable. Es verdad que nos encontramos ante cambios constantes difíciles de medir pero… ¿Te gustaría ir un paso más allá y conocer el grado de innovación en tu sector? Asiento de apertura: vuelta a empezar Cuando volvamos a reanudar o iniciar la contabilidad desde 0 lo denominaremos “asiento de apertura”. Es el primer paso que daremos en contabilidad para dar inicio a un ejercicio económico. Se suele llevar a cabo junto al asiento de cierre de contabilidad para diferenciar un ejercicio económico de otro. Los pasos anteriores te ayudarán a realizar de una forma sistemática el cierre contable de tu negocio y no tener ningún tipo de problema en el plano de la gestión interna. Ahora ya tienes un mayor conocimiento preciso de cómo desarrollar el cierre contable de tu negocio. ¿Te atreves a ponerlo en marcha? En Lean Finance, te damos las claves para que tu negocio sea todo un éxito.
El flujo de caja: cómo calcularlo en 5 minutos
El flujo de caja, también llamado flujo de efectivo o “cash flow” es un concepto fundamental en el mundo empresarial. ¿Te gustaría descubrir cómo calcularlo de forma fácil? ¡Te lo contamos todo! A veces te puedes hacer un lío con tantos conceptos financieros, por lo que en este artículo vamos a definirlos un poco. El flujo de caja es una herramienta que nos permite medir la salud económica de un negocio. ¿Obtenemos flujo positivo? ¡Enhorabuena! Cuentas con liquidez. Ahondaremos en su definición y en los tipos de flujo de caja que existen para que entiendas el concepto a la perfección. Saber calcularlo te hará tomar las decisiones adecuadas para el futuro de tu empresa. ¡Presta atención! ¿Qué es el flujo de caja? El flujo de caja es un término financiero que hace referencia a las entradas y salidas de dinero que se dan en una empresa en un período determinado. El flujo de caja nos permitirá obtener la acumulación neta de activos líquidos durante un periodo de tiempo específico. Se trata de una herramienta muy importante a la hora de realizar el análisis financiero de una empresa. Elaborar un flujo de caja es clave, ya que si su resultado es negativo, significa que la empresa no puede hacer frente a sus deudas. Esa situación nos obligaría a reducir gastos. ¿Cómo? Por ejemplo, al pedir un refinanciamiento o al reducir el inventario. De esta manera, un flujo de caja proyectado a tiempo puede llegar a salvarnos de la quiebra. ¡Una buena gestión de tesorería es sinónimo de éxito! Aparte de ser indispensable para su supervivencia, la liquidez de la empresa también atraerá a inversores. Seguro que ya vas dándote cuenta de su valor, ¿verdad? ¿Es lo mismo hablar de flujo de caja libre que de flujo de caja neto? La respuesta a esta pregunta es no. La definición anterior está haciendo referencia a un flujo de caja neto. Este, como decíamos, nos informa sobre el efectivo que entra y sale de la empresa. Y se calcula sumando las amortizaciones efectuadas en el espacio de tiempo en que se ha adquirido el beneficio neto. Gracias a este indicador, la empresa conoce su volumen de liquidez durante un periodo de tiempo determinado. Por su parte, el flujo de caja libre hace referencia al flujo obtenido a través de las actividades de explotación de una empresa. Para calcularlo basta con descontar aquellos importes relativos a las inversiones llevadas a cabo para conseguirlo. Se podría definir como el dinero que queda tras pagar los gastos de la empresa. Gracias al flujo de caja libre podemos saber el margen operativo bruto que necesitamos para que la empresa siga operando. De igual forma, es útil para determinar cuál es la capacidad de la misma a la hora de generar beneficios. ¿Cómo se calcula? Expliquemos ahora cómo calcular el flujo de caja. Verás que se trata de un cálculo muy simple. De hecho, aquí lo complicado no es hacer los cálculos, lo complejo y más importante es saber interpretar los resultados con el fin de tomar las decisiones correctas para la continuidad de la empresa. No obstante, expliquemos paso a paso, cómo calcular el flujo de caja: Paso 1: El primer paso es contar con información sobre los ingresos y egresos de la empresa. Esta información está disponible en los libros contables. Paso 2: Lo siguiente sería volcar la información en una tabla para facilitar la organización. Cada columna corresponderá a un mes y en las filas situaremos los ingresos y gastos. Paso 3: A continuación, calculamos el total de ingresos y el total de gastos de cada mes. La diferencia entre el primero y el segundo será el saldo neto de dicho mes. Conviene recordar que debemos tener en cuenta las distintas salidas de dinero que se dan en nuestro negocio. Por ejemplo, las correspondientes al pago de sueldos o al pago de proveedores. Finalmente, nos quedaría en una última fila (bajo la de saldo neto) el saldo neto acumulado. La fórmula clave ¿Qué tal si trasladamos la explicación anterior a una fórmula? Sería la siguiente: FLUJO DE CAJA = BENEFICIO NETO + AMORTIZACIÓN + PROVISIONES + CUENTAS POR PAGAR – CUENTAS POR COBRAR Cuando la apliques, debes tener en cuenta que el resultado te dará una perspectiva clara sobre el futuro de la empresa. Te aportará información sobre la solvencia de la misma y te servirá para tomar decisiones clave para su crecimiento. Si crees que tu empresa necesita unas manos expertas para poder llevar a cabo tanto el cálculo como la interpretación de resultados y toma de decisiones, contáctanos. Disponemos de los conocimientos y experiencia necesaria para ocupar el rol de CFO de tu compañía. Por cierto, ¿sabías que, además de la fórmula anterior, existen dos métodos de cálculo para este concepto? Son el cálculo directo y el indirecto. ¡Te los mostramos! Directo. Es una de las técnicas más empleadas. Este cálculo busca deducir cuál ha sido el flujo de dinero tras unas operaciones determinadas. En esta fórmula se emplean todas las transacciones, bien sean gastos, ingresos, impuestos o intereses. La fórmula es la siguiente: Recibos – pagos – gastos – intereses – impuestos = Flujo de caja. Indirecto. En este caso, se emplean los resultados de los libros de contabilidad y, a continuación, se depuran los datos pertinentes. Es decir, para el cálculo se consideran los beneficios netos y los cambios en el balance general. La fórmula es la siguiente: Ingreso neto + pérdidas y ganancias por inversiones y financiación + cargos no monetarios + cambios en las cuentas de operación = Flujo de caja. Un ejemplo para un proyecto de 2024 Una vez expuesta la teoría, pasemos a la práctica. Saber cómo calcular un flujo de caja no es suficiente si no lo vemos aplicado, así que vamos a realizar un pequeño ejemplo. Tal y como hemos visto, hemos de realizar un balance entre los cobros y los gastos para, a posteriori, hacer un balance entre ambos. Te proponemos este ejemplo. Somos